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Es importante y necesario, que comprendamos a ciencia cierta, donde estamos ubicados dentro del Espacio Sideral; aquí donde habitamos, comprendamos para que existimos y por qué, para qué debemos prepararnos para ir o regresar luego de donde un día salimos, hace ya millones de años, Mahanvantaras completos. Esa es la ley, todo vuelve al lugar de origen, tarde o temprano; respecto o en referencia a las leyes de nuestro Sol Central, junto al sol de Ors y a la galaxia a la que pertenecemos, ese maravilloso sol que nos alumbra y nos da la vida, que gira siempre alrededor de aquel Inmenso sol central de Alcione. Que lo negamos, no le quita, ni le pone a la realidad, ella sigue existiendo, sin importarle la opinión cientificista.
Sabemos cuál es la Galaxia a la que pertenecemos, pero no así, porque desconocemos a el Infinito al que correspondemos actualmente. Con ello indiscutiblemente podríamos sin duda alguna, ir adquiriendo sentido, capacidad y comprensión espacial sobre tan importante asunto. Desarrollaríamos sin duda alguna, las agudezas y perspectivas sensoriales, dones y poderes desarrollados de todos nuestros sentidos y facultades. Dejaríamos de una vez por todas de negar, así no más, de tajo, sin verificación alguna, las realidades que debemos buscar, hasta su comprobación científica-objetivas. Nunca debemos olvidar que existen al principio dos ciencias: La de los de consciencia dormidas y la de los hombres solares que han despertado su consciencia.

Vosotros los jóvenes sois un inmenso tesoro de posibilidades, fuerzas, ganas y entusiasmo arrollador e incontenible. Sois el único que aún no estáis del todo contaminados por la fatal adaptación del mundo, egoísta y falaz. Sois vosotros los que podéis lograr las metas, objetivos y grandes realizaciones, y ver constituido un planeta mejor. Buscad los peldaños más elevados de esta humanidad, que hoy fenece derrotada y vencida por la ignominia mundial. Esta obra va dirigida con mucho amor a todos los estudiantes universitarios y profesionales, cuyo fin es lograr conseguir unos definidos impulsos autoexhortativos, a través de choques intuitivos en los centros superiores. Tanto emocional e intelectual, para llegar a los niveles: cuatro, cinco, seis y siete, a los que se tiene derecho conquistar por cada persona en su consciencia, en sus espíritus libres y constituirnos en hombres y superhombres auténticos.
Siempre se cumple la ley, no importa que blasfememos, neguemos, la odiemos, maldigamos, no importan las burlas majaderas, ni los estruendosos sarcasmos. Siempre caeremos derrotados a los pies de la justicia divina, convertidos y reducidos a la nada. Las jerarquías son extremadamente pacientes, de ello no hay duda, por ello cuando creemos que somos infalibles y que la ley jamás nos tocará; es allí cuando llega como un buen ladrón y nos compensa de acuerdo a la balanza, cuyo resultado por lo general es para nosotros demasiado doloroso, tristemente lamentable. La mayoría de nosotros pensamos que nuestras acciones jamás serán evaluadas, y que nuestros delitos serán olvidados y que jamás seremos reprendidos por la infalible ley del karma, y estamos hondamente equivocados, profundamente alejados de la verdad, toda vez que todas nuestras acciones, “quedan anotadas en el libro del destino por el kaón o policía atómico que cada uno de nosotros lleva en su corazón, como agente de ley, que nos espía y nos anota las buenas y malas acciones”.

Con este compendio de Ave de Fuego, además de reconocer la grandiosidad de la mujer como figura emblemática por su calidad esencial y su naturaleza primigenia dada por el Cosmocrator o creador del universo, que siempre ha representado y representa fielmente a uno de los principios de mayor connotación, inspiración, ternura, amor y abnegación como lo es el principio del eterno femenino, representado en el mundo material como la mujer (Ave, Eva).
Ave de Fuego es una obra que nos despierta, que nos aviva en la esperanza, en la fe de ser, en los motivos de superarnos externa e internamente, de saber respetar, saber amar, saber sufrir y saber callar, a veces entre la augusta agonía de la incomprensión humana, entre otras, una sonrisa por la comprensión de otros, Ave de Fuego surge como un mensaje de fraternidad, como un manantial cristalino que baja de la gran montaña a calmar la sed de los sedientos del saber y buscadores de metas más recónditas y desconocidas para el común.
Me dirijo a vosotras, grandísimas e indispensables mujeres o Aves de la tierra. Vigilantes eternas y confirmadoras testigos de la grandeza de la obra bendita del anciano de los siglos. Augustas y extraordinarias madres, esposas, hijas y amigas del amor, como sustancia más maravillosa del universo. Vosotras que sois fieles semejanzas del eterno femenino, principio sin el cual sería más que imposible que la vida fuera dada, la existencia surgida y el amor engendrado en tu santo vientre, similar a la creación de los mundos o cosmos infinitos, tú también creas en ti a los hijos del hombre, como un micro- cosmos que han de caminar como soles por el mundo regando y sembrando la semilla de la redención humana.

He querido y así me lo propuse, llevar unas palabras a todas las juventudes y al estudiantado del planeta tierra. Con el único anhelo de aportar la semilla de la renovación, el cambio y la revolución de la consciencia; del espíritu y alma en cada joven y personas que anhelen un cambio en sus almas. Para que, con la fuerza de la voluntad consciente, todos los que pretendan, busquen obtener y encontrar un cambio fundamental y trascendental dentro de su interior profundo, puedan hacerlo. Esta obra de filosofía del derecho y superación personal, plantea sus estudios desde un enfoque- crítico-analítico-experimental. Acudiendo a la reflexión continua y permanente, apoyada en la asistencia de la luz de la consciencia y la voluntad.
Muchas cosas en este mundo dizque, “moderno y súper civilizado”, están muy raras. Los valores ya es un delito casi evocarlos, o mencionarlos. Priman en esta época de tantas confusiones, los desvalores. Los derechos de los justos, no son casi ya tenidos en cuenta, los que tienen derechos garantizados son los que violan la ley.
Eso es modernidad, o postmodernidad. ¿Quién lo inventó, quién lo impuso?, No sabemos o quizás sí, pero no lo decimos. Pero coexisten, es una realidad cierta, verificable, se observa a diario. El problema es que cada día se acentúan más esas tendencias repugnantes. Impactan tanto que ya solo no son las mayorías quienes la defienden, ahora hasta las gentes honradas y juiciosa lo hacen. Es preocupante lo que nos sucede. Parece ser que la humanidad esta hipnotizada totalmente y ha perdido la capacidad espacial de notar, captar las realidades; menos podrá sacudirse de todo este fenómeno que envuelven al mundo entero.

Es importante y necesario, que comprendamos a ciencia cierta, donde estamos ubicados dentro del Espacio Sideral; aquí donde habitamos, comprendamos para que existimos y por qué, para qué debemos prepararnos para ir o regresar luego de donde un día salimos, hace ya millones de años, Mahanvantaras completos. Esa es la ley, todo vuelve al lugar de origen, tarde o temprano; respecto o en referencia a las leyes de nuestro Sol Central, junto al sol de Ors y a la galaxia a la que pertenecemos, ese maravilloso sol que nos alumbra y nos da la vida, que gira siempre alrededor de aquel Inmenso sol central de Alcione. Que lo negamos, no le quita, ni le pone a la realidad, ella sigue existiendo, sin importarle la opinión cientificista.
Sabemos cuál es la Galaxia a la que pertenecemos, pero no así, porque desconocemos a el Infinito al que correspondemos actualmente. Con ello indiscutiblemente podríamos sin duda alguna, ir adquiriendo sentido, capacidad y comprensión espacial sobre tan importante asunto. Desarrollaríamos sin duda alguna, las agudezas y perspectivas sensoriales, dones y poderes desarrollados de todos nuestros sentidos y facultades. Dejaríamos de una vez por todas de negar, así no más, de tajo, sin verificación alguna, las realidades que debemos buscar, hasta su comprobación científica-objetivas. Nunca debemos olvidar que existen al principio dos ciencias: La de los de consciencia dormidas y la de los hombres solares que han despertado su consciencia.
Vosotros los jóvenes sois un inmenso tesoro de posibilidades, fuerzas, ganas y entusiasmo arrollador e incontenible. Sois el único que aún no estáis del todo contaminados por la fatal adaptación del mundo, egoísta y falaz. Sois vosotros los que podéis lograr las metas, objetivos y grandes realizaciones, y ver constituido un planeta mejor. Buscad los peldaños más elevados de esta humanidad, que hoy fenece derrotada y vencida por la ignominia mundial. Esta obra va dirigida con mucho amor a todos los estudiantes universitarios y profesionales, cuyo fin es lograr conseguir unos definidos impulsos autoexhortativos, a través de choques intuitivos en los centros superiores. Tanto emocional e intelectual, para llegar a los niveles: cuatro, cinco, seis y siete, a los que se tiene derecho conquistar por cada persona en su consciencia, en sus espíritus libres y constituirnos en hombres y superhombres auténticos.
Siempre se cumple la ley, no importa que blasfememos, neguemos, la odiemos, maldigamos, no importan las burlas majaderas, ni los estruendosos sarcasmos. Siempre caeremos derrotados a los pies de la justicia divina, convertidos y reducidos a la nada. Las jerarquías son extremadamente pacientes, de ello no hay duda, por ello cuando creemos que somos infalibles y que la ley jamás nos tocará; es allí cuando llega como un buen ladrón y nos compensa de acuerdo a la balanza, cuyo resultado por lo general es para nosotros demasiado doloroso, tristemente lamentable. La mayoría de nosotros pensamos que nuestras acciones jamás serán evaluadas, y que nuestros delitos serán olvidados y que jamás seremos reprendidos por la infalible ley del karma, y estamos hondamente equivocados, profundamente alejados de la verdad, toda vez que todas nuestras acciones, “quedan anotadas en el libro del destino por el kaón o policía atómico que cada uno de nosotros lleva en su corazón, como agente de ley, que nos espía y nos anota las buenas y malas acciones”.
Con este compendio de Ave de Fuego, además de reconocer la grandiosidad de la mujer como figura emblemática por su calidad esencial y su naturaleza primigenia dada por el Cosmocrator o creador del universo, que siempre ha representado y representa fielmente a uno de los principios de mayor connotación, inspiración, ternura, amor y abnegación como lo es el principio del eterno femenino, representado en el mundo material como la mujer (Ave, Eva).
Ave de Fuego es una obra que nos despierta, que nos aviva en la esperanza, en la fe de ser, en los motivos de superarnos externa e internamente, de saber respetar, saber amar, saber sufrir y saber callar, a veces entre la augusta agonía de la incomprensión humana, entre otras, una sonrisa por la comprensión de otros, Ave de Fuego surge como un mensaje de fraternidad, como un manantial cristalino que baja de la gran montaña a calmar la sed de los sedientos del saber y buscadores de metas más recónditas y desconocidas para el común.
Me dirijo a vosotras, grandísimas e indispensables mujeres o Aves de la tierra. Vigilantes eternas y confirmadoras testigos de la grandeza de la obra bendita del anciano de los siglos. Augustas y extraordinarias madres, esposas, hijas y amigas del amor, como sustancia más maravillosa del universo. Vosotras que sois fieles semejanzas del eterno femenino, principio sin el cual sería más que imposible que la vida fuera dada, la existencia surgida y el amor engendrado en tu santo vientre, similar a la creación de los mundos o cosmos infinitos, tú también creas en ti a los hijos del hombre, como un micro- cosmos que han de caminar como soles por el mundo regando y sembrando la semilla de la redención humana.
Quien anhele poseer sabiduría y el despertar de su ser y obtener su liberación final; ver en la luz, oír el sonido oculto, escuchar la música deliciosa en octavas superiores, debe hacer supremos esfuerzos centrales, conscientes; hacer sacrificios y sufrir hasta padecimientos voluntarios. “Por ello un hombre se distingue de otro, por el grado de consciencia, así como un sol se diferencia de otro por el grado de luz”.
Las personas en su común reclaman igualdad de derechos y privilegios, sin darse cuenta que hay que tener méritos para ganarse los dones, atributos o facultades. Todo es posible haciendo grandes esfuerzos centrales, es decir apelando a las fuerzas del Ser, a las potencias superiores que fecundan y mueven todo cuanto existe.
El equilibrio fecundo de las realidades sustanciales de la vida será por este tipo de personas mancillados. Las leyes superiores no aceptan reclamos, ni alegatos disimulados. Mucho menos vandalismos y presiones desagradables, fundadas en la violencia sin causas.
Eso es modernidad, o postmodernidad. ¿Quién lo inventó, quién lo impuso?, No sabemos o quizás sí, pero no lo decimos. Pero coexisten, es una realidad cierta, verificable, se observa a diario. El problema es que cada día se acentúan más esas tendencias repugnantes. Impactan tanto que ya solo no son las mayorías quienes la defienden, ahora hasta las gentes honradas y juiciosa lo hacen. Es preocupante lo que nos sucede. Parece ser que la humanidad esta hipnotizada totalmente y ha perdido la capacidad espacial de notar, captar las realidades; menos podrá sacudirse de todo este fenómeno que envuelven al mundo entero.
He querido y así me lo propuse, llevar unas palabras a todas las juventudes y al estudiantado del planeta tierra. Con el único anhelo de aportar la semilla de la renovación, el cambio y la revolución de la consciencia; del espíritu y alma en cada joven y personas que anhelen un cambio en sus almas. Para que, con la fuerza de la voluntad consciente, todos los que pretendan, busquen obtener y encontrar un cambio fundamental y trascendental dentro de su interior profundo, puedan hacerlo. Esta obra de filosofía del derecho y superación personal, plantea sus estudios desde un enfoque- crítico-analítico-experimental. Acudiendo a la reflexión continua y permanente, apoyada en la asistencia de la luz de la consciencia y la voluntad.
Muchas cosas en este mundo dizque, “moderno y súper civilizado”, están muy raras. Los valores ya es un delito casi evocarlos, o mencionarlos. Priman en esta época de tantas confusiones, los desvalores. Los derechos de los justos, no son casi ya tenidos en cuenta, los que tienen derechos garantizados son los que violan la ley.
Vivimos exigiendo lo que uno no se merece, aunque uno crea que vale mucho; en la balanza de la justicia superior, se pesa a cada uno de nosotros y se ve a plenitud su valor exacto. La soberbia, el engreimiento y el orgullo, nos hacen soñar, nos llenan de ilusión y fantasías delirantes.